viernes, abril 07, 2006

La Conversación en Marcha O la democratización de las comunicaciones

Es imperativo que el país dialogue entre sí. No es posible pensar en la profundización de la democracia si no construimos escenarios, procesos y capacidades de comunicación en la población, que pase por el acceso, uso, producción y socialización de la información, y sobre todo, por la capacidad colectiva de elaborar puntos de vista sólidos y dispuestos a la deliberación argumentativa. El derecho a la información como un derecho humano y como una garantía para que las comunidades sean escuchadas.

En este momento en que se han ensayado en el país diferentes formas de encarar nuestra compleja realidad -que van desde las “negociaciones” hasta la eliminación del adversario, que pasan por el ocultamiento o el escarnio publico, que van del rencor al olvido- se vuelve urgente aprender a conversar.

No hemos ensayado la conversación. Encontrarse con el propósito común de una búsqueda, que permita encontrarnos desde la diversidad, desde las historias y los procesos desde los cuales todos procedemos, desde los limites que tenemos cada uno.

Saber que las formas de la conversación son múltiples, con locuacidades y silencios, con centralidades y descentralidades, sabiendo que una buena brújula es siempre volverse a preguntar los propios argumentos.

Entender que como dice Borges las polémicas son inútiles, estar de antemano de un lado o del otro en un juego en el cual alguien gana o alguien pierde, y que lo importante es llegar a una conclusión no importando que la verdad salga de una boca o de otra. Y claro teniendo presente que las verdades necesitan siempre que les volvamos a preguntar.

Para conversar es necesario también ponernos en conversación con nosotras/os mism@s, sabiendo que en un momento la conversación se vuelve negociación, aclaración, concertación, implica pactar y saber colocar limites pues muchas veces implica expresión de grupos, intereses y comunidad.

Tenemos que aprender a oír con serenidad, evitando prejuicios, desactivando practicas repetidas de poderes, entendiendo que todos poseemos saberes que pueden ser compartidos, sabiendo que al país hay que pensarlo de nuevo a revés y para atrás, sumando y no excluyendo, proponiendo diálogos entre pares, entre contradictores y entre diversos. Pero tampoco idealizando la conversación pues allí se juegan todos los intereses del ser humano.

La globalización y las nuevas tecnologías de las comunicaciones no pueden ser motivos de mayor exclusión social. Es preciso garantizar el acceso de las y los ciudadanos a la informacin veraz y a la comunicacin en sus varias expresiones. Es necesario desarrollar una agenda integral de acceso a redes


Adalgiza Charria Q