viernes, abril 14, 2006

LOS DESAFIOS DE LA CORTE INTERNACIONAL DE MUJERES PARA LAS MUJERES

A las mujeres nos reclama nada mas ni nada menos que crear otro orden simbólico en donde puedan conectarse lo racional con lo intuitivo, lo lógico con lo lírico, lo subjetivo con lo objetivo, lo personal con lo impersonal, el caos con el orden.

Se trata de construir un modo propio de estar en el mundo que pasa por el modo de vivir, hablar, amar, relacionarse, ejercer el poder. Un orden que descentre, cuestione los hegemonismos, sospeche de los absolutos, ironice las jerarquías, flexibilice las rigideces, desconfié de las valoraciones, roles y funciones que se dan por naturales.

Hacer visibilice lo invisible es un reto que también nos reclama.


Por eso nos negamos al olvido y al mismo tiempo nos resistimos al rencor, esa especie de memoria inconada, esa sombra con saña del recuerdo que impide el flujo creativo de la vida. Nos negamos a repetir el lenguaje de los iracundos, los rictus de los fanáticos, los simulacros de los autoritarios. Para eso esta nuestra indignación simple y llana, que late en la piel y en las entrañas y que como un arco tensa sus notas y su vendaval.

Queremos darle un lenguaje al sufrimiento de las mujeres, ese brutalmente silenciado y sofocado por el parloteo de los poderosos, manoseado por los académicos, adjetivado por las presentadoras, menospreciado por los guerreros. Debemos escarbar en el lenguaje y reconocer sus tonos porque lo que no nos podemos permitir es caer en esos lugares comunes con frases prestadas que no han desentrañado la hondura de nuestro dolor.


Sabemos que el camino es la meta y que no podemos desligar medios y fines. El proceso nos coloca en un puerto de mil búsquedas y requerimos de alianzas intensas y honestas que nos permitan demostrarnos a nosotras mismas que es posible pensarnos los problemas y las soluciones desde lógicas no guerreras, bipolares y simplistas. Tenemos que sacudirnos la creencia de que lo que sucede ahora va a continuar indefinidamente y despojarnos de la trivialidad aparente de los determinismos. A eso es a lo que nos invita un pensamiento complejo a “saber que todo lo importante que sucede en la historia mundial o en nuestra vida es totalmente inesperado”.


Tenemos que ser concientes de que esta acción que estamos emprendiendo supone elementos aleatorios, azares, transformaciones. Que nos van a obligar a innovar permanentemente porque hay riesgos e incertidumbres, y justamente eso es lo emocionante y vital de este asunto. Pero tenemos que tener clara nuestra decisión inicial para poder imaginar los escenarios que podrán ser modificados según el proceso y los elementos aleatorios que sobrevendrán. Necesitamos una estrategia que busque minimizar el azar pero que también pueda utilizarlo.


El Tribunal nos puede permitir experimentar otras formas de justicia que no pasan por los formalismos, las pruebas, los términos, ni las venganzas. Tenemos la oportunidad de sembrar a nuestros muertos y comprender el lenguaje cifrado de este caos que secretamente nos propone un futuro que no esta contenido en este presente.


Podemos encontrarnos desde los desafíos, desde esos imperativos éticos que nos ponemos a nosotras mismas y desde allí encontrar las alianzas para emprender esta gran expedición por la memoria que es a lo que nos reta el tribunal.


Las invito a que cada una exprese los suyos.
Un abrazo.

Adalgiza Charria
Abril 2006

jueves, abril 13, 2006

MUJERES Y MEDIOS DE COMUNICACION

No han sido fáciles las relaciones entre el movimiento de mujeres y los medios de comunicación.

Estos le reclaman a los mass media su particular forma de reseñar y codificar la realidad desde una visión jerárquica y masculina del mundo en donde lo cotidiano desaparece y los roles tradicionales copan casi la totalidad de la oferta informativa. Los media son sealados por repetir el imaginario patriarcal, por utilizar un lenguaje excluyente, por invisivilizar las conquistas femeninas, por instalarse en un anlisis sexista.

Los medios a su vez ven en el movimiento de mujeres el peligro de los ismos que vuelven tan autoritario su discurso como aquel que pretendían cambiar, y se niegan sistemáticamente a oír sus planteamientos.

La salida ha sido caricaturizarlo y falsificarlo totalmente, esquematizarlo y simplificarlo. Del feminismo queda la idea de que se logró la libertad de disponer del propio cuerpo, y también la idea de que las mujeres quieren en lo sucesivo dominar a los hombres o ser semejantes a ellos. En suma, ha quedado la idea de la igualdad pero no la lucha contra el poder, la búsqueda de valores que subviertan el mundo existente, la preocupación de las mujeres por hacer sostenible el planeta. Y ahora los medios de comunicación consideran que el feminismo está enterrado, y que las feministas son brujas, feas o mal tiradas. Las relaciones sin duda han sido difíciles.


Lo que queremos

Lo que hoy muchas mujeres demandan es realizar una comunicacin no slo para las mujeres, sino comunicarse tambin con los hombres, transformar actitudes en ellos, y que las dejen ser protagonistas de sus propias vidas, recuperar sus voces, descubrir sus propios procesos por fuera de prejuicios y, por supuesto, que las dejen intentar humanizar la sociedad, feminizar lo cotidiano, rescatar sus miradas de lo poltico, lo social, lo cultural y lo econmico.

Tal vez lo que se ha llamado esencia de la feminidad sea una construccin social ms que una esencialidad, pero por la cultura que ha desarrollado, por su educacin, por su tradicin, la mujer ha cultivado unos valores de menor agresividad, de menor competitividad, de ms comprensin. Mujeres que ven al vencido, al observado, al indgena, a las minoras privados de derechos.

Si bien es conocido que los medios ayudan a moldear las sensibilidades urbanas y rurales, no es menos cierto que las mujeres no han dispuesto de todo el aparataje para plasmar su impronta es estas nuevas sensibilidades.

Tal ves desde sus ojos de mujer el mundo y la noticia adquieran otras jerarquas, quiz otros tonos acudan ante los fresneles, tal vez distintas msicas saltaran en las primeras pginas.
Porque se requiere cambiar los viejos paradigmas, esos que dividen mente-cuerpo, pblico-privado, razn emocin. Porque es necesario construir entre todos visiones ms holisticas, menos institucionales y menos rgidas.


Las mujeres colocamos nuestras historias, esas que nos han hecho mgicas y brujas, las que nos han colocado en el vrtice de lo clandestino, lo sutil y lo alqumico. Nuestras historias que se juntan con las historias de nuestros hermanos, hijos, amantes y padres. La voz trmula de la cimarrona, la conquistadora de ejidos o la que teje en croch los boleros de las tardes polvorientas.

Y que los medios respeten las dudas y los silencios, que sensibilicen sus bsquedas respetando los procesos y los sin sentidos.

Los medios, las mujeres lo sabemos, estn sobrecargados de verdades absolutas, de personajes autorizados, de esquemas preconcebidos. Queremos tener acceso a ellos para intentar subvertir el sinsentido que se ha convertido el progreso, para que la emocin haga parte de lo noticioso, para que lo privado tambin sea poltico y dejar que la indignacin se filtre, el horror por la extincin de las especies, las fiestas de la guerra, el trfico de armas o la banalizacin de la sexualidad.

Medios menos soberbios, menos verticales, menos excluyentes. Medios ms erotizados, ms tiernos, ms dubitativos. Esto es lo que intentamos. No sera más rico?

Adalgiza Charria Q
Abril, 2006

viernes, abril 07, 2006

La Conversación en Marcha O la democratización de las comunicaciones

Es imperativo que el país dialogue entre sí. No es posible pensar en la profundización de la democracia si no construimos escenarios, procesos y capacidades de comunicación en la población, que pase por el acceso, uso, producción y socialización de la información, y sobre todo, por la capacidad colectiva de elaborar puntos de vista sólidos y dispuestos a la deliberación argumentativa. El derecho a la información como un derecho humano y como una garantía para que las comunidades sean escuchadas.

En este momento en que se han ensayado en el país diferentes formas de encarar nuestra compleja realidad -que van desde las “negociaciones” hasta la eliminación del adversario, que pasan por el ocultamiento o el escarnio publico, que van del rencor al olvido- se vuelve urgente aprender a conversar.

No hemos ensayado la conversación. Encontrarse con el propósito común de una búsqueda, que permita encontrarnos desde la diversidad, desde las historias y los procesos desde los cuales todos procedemos, desde los limites que tenemos cada uno.

Saber que las formas de la conversación son múltiples, con locuacidades y silencios, con centralidades y descentralidades, sabiendo que una buena brújula es siempre volverse a preguntar los propios argumentos.

Entender que como dice Borges las polémicas son inútiles, estar de antemano de un lado o del otro en un juego en el cual alguien gana o alguien pierde, y que lo importante es llegar a una conclusión no importando que la verdad salga de una boca o de otra. Y claro teniendo presente que las verdades necesitan siempre que les volvamos a preguntar.

Para conversar es necesario también ponernos en conversación con nosotras/os mism@s, sabiendo que en un momento la conversación se vuelve negociación, aclaración, concertación, implica pactar y saber colocar limites pues muchas veces implica expresión de grupos, intereses y comunidad.

Tenemos que aprender a oír con serenidad, evitando prejuicios, desactivando practicas repetidas de poderes, entendiendo que todos poseemos saberes que pueden ser compartidos, sabiendo que al país hay que pensarlo de nuevo a revés y para atrás, sumando y no excluyendo, proponiendo diálogos entre pares, entre contradictores y entre diversos. Pero tampoco idealizando la conversación pues allí se juegan todos los intereses del ser humano.

La globalización y las nuevas tecnologías de las comunicaciones no pueden ser motivos de mayor exclusión social. Es preciso garantizar el acceso de las y los ciudadanos a la informacin veraz y a la comunicacin en sus varias expresiones. Es necesario desarrollar una agenda integral de acceso a redes


Adalgiza Charria Q