miércoles, marzo 01, 2006

8 de marzo 2006

Año tras año, los 8 de marzo también nos han servido para ir dimensionando la hondura de nuestros pasos. Muchas veces hemos llegado exhaustas: la euforia guerrerita que gana terreno en el lenguaje, que instaura su horror en nuestras palabras, en las lógicas de pensar los problemas y sus soluciones, en esa racionalidad bipolar “del que no esta conmigo esta contra mi”, nos ha llenado de zozobra.

Hemos llegado durante estos años negándonos a repetir el lenguaje de los iracundos, los rictus de los fanáticos, los simulacros de los autoritarios. Hemos insistido en que no nos interesan, los fines separados de los medios y hemos invocado a los guerreros, de derechas y de izquierdas, a suscribir un acuerdo humanitario inmediato, que calme el dolor de este presente. Nos hemos propuesto como garantes de esos pactos y transacciones y hemos rechazado los secuestros, las desapariciones, los procesos judiciales amañados, los encarcelamientos injustos, la violación de mujeres como arma de guerra, los chivos expiatorios, el saqueo de nuestros recursos naturales y presupuestos públicos. Nos hemos decretado es estado de conversación permanente y concientes de que en una guerra todos y todas perdemos hemos propuesto un acuerdo humanitario entre civiles en que nos pongamos los limites de hasta donde estamos dispuestos en perder humanidad.

De múltiples maneras hemos ido haciendo entender que el sistema patriarcal que en primera instancia se instauro como una estructura de dominio sobre las mujeres se ha transformado en un virus inoculado en toda la sociedad, en una lógica con la que el mundo piensa y se piensa y que desde siempre ha pretendido transformar lo diferente en desigual y que el sexo diferente, el pueblo extranjero, las otras razas, los otros dioses, lo otro, debe ser aniquilado y sometido. Hoy sus tentáculos atraviesan los cerebros, los imaginarios, los átomos del planeta y desde este patriarcado, desde esta lógica macho, se piensa la cultura, la economía, el estado, la justicia, el amor.
Las mujeres que hemos conmovido nuestras subjetividades, que hemos inscrito en nuestra piel otros ordenes simbólicos, que hemos revolucionado nuestras camas y nuestros comedores estamos siempre el devenir, en permanente flujo, caminantes, nómadas, paradojales,,, y en este movernos y con-movernos encontramos nuestro sentido.

Hoy estamos en aprendizaje, en estado de experimentación, en el ejercicio profundo de re-evolucion . Las transformaciones políticas en América latina, en Chile, en Bolivia, en Venezuela, en Argentina, en Brasil, en Uruguay, nos llenan de ese optimismo radical que nos han hecho pensar otros mundos posibles. Los foros sociales, la salud en manos de los pueblos, la comunidad mundial contra la guerra, la marcha de la noviolencia que emprendió ese pequeño hombrecito semidesnudo de la india y que hoy realiza acciones en territorio de nuestro Valle del Cauca, nos llenan de promesas.
Una confluencia de mujeres del departamento construyendo su vitalidad, una escuela política de mujeres pazificas impulsando un pensamiento autónomo, la confianza de una coinspiracion entre redes y movimientos, la certeza del poder de nuestro vendaval.

Este 8 de marzo estamos en experimentación. El gobernador se ha comprometido en presentar una ordenanza para la creación de la secretaria de la mujer, en hora buena. Ya empezamos a trabajar en ello, incluso algunas pensamos que la secretaria debe ser una secretaria del devenir de lo femenino desde donde se impulse la hondura de nuestra propuesta que busca, nada mas ni nada menos, cambiar la estructura misma del sistema dominante, que ha construido una cultura atrofiada y machista ,y que ha inhibido en hombres y en mujeres esa fuerza vital de lo sutil que ningún ser humano merece perderse.

Una secretaria del devenir de lo femenino que nos ayude a hombres y a mujeres a recuperar nuestro femenino herido y que nos devuelva el sueño de construir otras relaciones y otras realidades y que además despeje la tentación de seguir atribuyendo a las mujeres el papel de víctimas, de marginadas, de explotadas. Un horror, que hace pensar que hay que tener en cuenta su situación “especial” en el mercado de trabajo, pero sin cambiar la política económica neoliberal; aliviar su “doble jornada” en la estructura familiar, pero sin cuestionar la familha patriarcal en sí; atender su dolor como “maltratadas o sometidas”, pero sin denunciar todo el mundo simbólico que sustenta su inferioridad; considerar los problemas de salud de ellas, pero sin poner al descubierto un sistema de salud que fracciona al ser humano, que lo esclaviza a la industria farmacéutica, que medicaliza, e inhibe las potencialidades vitales . Es decir, ese acomodo de la situación de las mujeres al mundo creado por los hombres.

Pero ya que las desventajas y barreras socioculturales sólo se pueden ir superando con acciones concretas, le estamos pidiendo hoy a la alcaldía y a la gobernación del Valle una acción muy sencilla :
Teniendo en cuenta que tradicionalmente el idioma español ha utilizado el masculino como genérico, invisibilizando las mujeres y lo femenino, les estamos pidiendo adoptar el LENGUAJE INCLUSIVO en todas las comunicaciones oficiales en substitución del lenguaje discriminatorio.

Sabemos que el uso del lenguaje refleja y a su vez condiciona las percepciones y la realidad, y eliminar el sexismo en el lenguaje es un paso esencial en el proceso para combatir las desigualdades.
Se requerirán lineamientos claros y concretos que informen sobre el uso del
LENGUAJE INCLUSIVO en todas las dependencias departamentales y municipales y la supervisión de su cumplimiento. Nos proponemos ayudar con sensibilización y veeduría.

Estamos en experimentación. Porque ya lo sabemos. Las revoluciones no nos bastan, no es suficiente entrar en el estado si no podemos cambiar su propia lógica, no abarcan nuestros deseos las plataformas políticas, no logran los centros descifrar nuestras quimeras.

La ética del goce nos impulsa, hoy no encontramos otra manera de vivir entre la indignación y la gratitud. Por eso también nos unimos en esa gran marcha que este 8 de marzo las mujeres del mundo se han planteado contra la guerra y contra los estados machos. Las redes centroamaricanas han mandado su mensaje “Un funcionario macho justifica la violencia social contra las mujeres”, No elijamos hombres agresores a cargos públicos. Pensemos nuestro voto.

Sabemos que este movimiento de mujeres solo tiene sentido si nos mueve en todo, si nos afecta en nuestras simientes, si nos retorna la alegría, la hermandad, el sentido del vivir que nos hace falta, si tiene la capacidad de volvernos diferentes.

Adalgiza Charria
Marzo 2006