miércoles, octubre 11, 2006

Cuando el comer se vuelve una enfermedad

VIVIR UN DIA A LA VEZ
Por Gloria Velasco G.


Compartir experiencias, fortalezas y esperanzas es el objetivo común que lleva a que cada lunes, miércoles y viernes se reúnan en el norte de la ciudad de Cali una serie de personas aquejadas por un problema, que ellos denominan incurable: comer compulsivamente.

L@s integrantes de “Comedores Compulsivos anónimos” reconocen que comer de la forma que ell@s lo hacen es una enfermedad progresiva que si no se detiene a tiempo tiene graves incidencias sobre su salud física y mental.

Basta citar cifras de la Organización Mundial de la salud: el 52% de las causas de muerte se deben a enfermedades no transmisibles, entre ellas la obesidad, el tabaquismo y el sedentarismo. Si bien tod@s l@s comedores compulsivos no son obes@s si registran niveles de sobrepeso que los han llevado a ensayar todas las dietas, tratamientos, cirugías que cada dia se ofertan mas y mas en el mercado.

Puede decirse que tras haberlo ensayado todo su último recurso ha sido vencer la resistencia y asistir al grupo de Comedores Compulsivos, que en Cali lleva cerca de seis años, donde han encontrado toda la comprensión y apoyo que necesitan para vencer su enfermedad. El primer paso fue, como sucede en alcohólicos anónimos, el reconocerse como tal, ser sincer@ consigo mism@ y estar dispuesto a restablecerse.


Los hombres y las mujeres que pertenecen a esta asociación buscan acabar numerosos mitos, entre ellos el que dice que solo las personas con sobrepeso padecen esta enfermedad, también las personas delgadas comen convulsivamente.

Definen la compulsión como “el impulso o sentimiento de ser atraído irresistiblemente a llevar a cabo un acto irracional. Por lo tanto no es solo la cantidad que comemos lo que nos convierte en comedores compulsivos sino el modo como tratamos de controlar la comida. Algunas personas que comen compulsivamente comen en secreto, comen lo que otras dejan, mientras otras hacen público su manera de comer. Algunas personas se atragantan y purgan, mientras otras alternan entre comer compulsivamente y aguantar hambre”. Pero para ell@s es claro que solo cada un@ puede decir si para el o ella la comida se ha convertido en un problema incontrolable.

Vale la pena aclarar que. al igual que el alcoholismo esta enfermedad no tiene distingos de sexo, raza, religión o condición social y que tiene raíces muy profundas en la psiquis de cada persona y por tanto se manifiesta de diferentes maneras en cada una.

Las personas integrantes de Comedores compulsivos anónimos también aclaran que quien llega al grupo no va a encontrar allí la dieta perfecta para perder peso. Cada cual va a encontrar un programa de doce pasos que les enseña las bases para vivir un día a la vez, para parar la manera compulsiva de comer y desarrollar un saludable plan de comidas de acuerdo a las necesidades físicas de cada cual, no de acuerdo a sus emociones.

Este programa es sencillo pero no es fácil. Para recuperarse de una de las adicciones más desconcertantes, desgraciadas y compulsivas se requiere del esfuerzo diligente de cada persona. La honradez consigo mismo, la mente abierta y el estar dispuesto, son las llaves que abren la puerta a la recuperación.

Cali, Octubre 2006