...O CALLE DE VIDA Y RONDA DE LA CONVIVENCIA
Por Gersaín Díaz Osorio
Que “la paz es el camino”, como se le atribuye a una frase del líder espiritual Gandhi queda demostrado, en una de las calles más temidas por su reconocido nivel de delincuencia y peligrosidad en la ciudad de Cali. Se trata de la Calle del Crack en el barrio Eduardo Santos de la comuna 12.
En esta calle famosa por los numerosos sitios destinados a la venta y consumo de sustancias psicoactivas, y ocupada habitualmente por adictos en su mayoría adolescentes desde los doce y trece años, hasta adultos, escurridizos delincuentes callejeros expertos en evadir a las patrullas de la policía que tímidamente hacen sorpresivos recorridos por el lugar y sus alrededores, tuvo lugar el viernes 20 de septiembre un hecho que nadie, 24 horas antes, se hubiera atrevido a imaginar.
“La Calle de Vida y Ronda de la Convivencia”. Ese es el nombre que los profesionales de la Fundación CONTINUAR encargada de desarrollar el Proyecto Distrito de Paz No 2, le ha dado a la actividad.
Una tarima ubicada en el punto principal de las cuatro o cinco cuadras que configuran la calle del Crack, que desde las cuatro de la tarde sorprendió a los vecinos con el ritmo de la salsa, y el pegajoso sabor del hip hop, el rap y el reggae, bastante apetecidos en el lugar, donde la mayoría de la población es afrodescendiente, comenzó por convocar a los niños que a los 20 minutos ya saltaban en la tarima descalzos, descamisados, barrigones, desnutridos, descaradamente alegres celebrando la fiesta de la vida; ellos que todo lo celebran, a pesar de las acumuladas hambres y las concentradas pobrezas, ellos que todo lo celebran por el puro goce de celebrar.
Una hora después, cuando a las seis de la tarde se presentó el primer grupo artístico, la tarima quedó completamente rodeada por niños, adolescentes, jóvenes y adultos de ambos sexos que aplaudían cada presentación.
Así transcurrieron cuatro horas sin que al parecer, nadie se acordara de que estaban en la famosa calle del Crack. Esta, que habitualmente es “selva de cemento y de fieras salvajes” se convirtió por cinco horas fugaces, inolvidables quizás para algunos habitantes del lugar, en “Calle de Vida y Ronda de la Convivencia.
La tarima fue aprovechada como vitrina por los raperos del lugar que, sintonizados por un cigarrillo de marihuana, pronto saltaron para mostrarse ante sus vecinos y disfrutar el inefable delirio de sus aplausos, entonando sus melodías como las llaman ellos, con temas que siempre versan sobre historias violentas de pillos, bacanes, pandillas, capos, jíbaros, matones y vividores con final infeliz.
La actividad fue organizada por Julián Serna, profesional de la fundación Continuar, con la ayuda de algunos vecinos del lugar, miembros de las juntas de acción comunal y con integrantes del Comité de Convivencia de la Comuna 12 de Santiago de Cali.